El proyecto del Complejo Minero Aznalcóllar es la máxima expresión de sostenibilidad, pues incluye un plan de restauración ambiental, pocas veces visto en la industria minera, que dará continuidad y soporte al Corredor Ecológico del Río Guadiamar, cuya conservación de fauna y flora es prioritaria.
Este plan tiene por objeto rehabilitar todas las áreas involucradas con la explotación del yacimiento Los Frailes y también aquellas que fueron afectadas por la actividad minera pasada. Así, cuando concluya la operación del complejo, dichas áreas se habrán convertido en espacios naturales, 100% restaurados.
Las principales labores, que se realizarán de forma progresiva a lo largo de 25 años, comprenden remodelación del terreno, recuperación de suelos, revegetación con siembras e hidrosiembras, reforestación con especies arbóreas y arbustivas autóctonas, así como desmantelamiento de las instalaciones. En los vasos de las cortas Aznalcóllar y Los Frailes se crearán dos lagos mineros adecuados a un hábitat palustre, tipo laguna o pantano.
Paralelamente, en las áreas a restaurar y/o en las inmediaciones del complejo, se desarrollarán núcleos de cría de conejos silvestres con el propósito de mejorar el hábitat para diferentes especies: lince, águila imperial, aves rapaces y mamíferos carnívoros. También están previstos refugios para quirópteros y la corrección de tendidos eléctricos que sean peligrosos para las aves.